El pádel, un deporte que combina elementos del tenis y squash, está emergiendo como una actividad beneficiosa para niños con trastorno del espectro autista (TEA). En Padel News exploramos cómo la práctica regular de pádel puede ser una herramienta transformadora en la vida de estos niños, ofreciéndoles una serie de beneficios que van más allá de la mera actividad física.
El pádel cuenta con un enfoque que permite el desarrollo de la confianza en sí mismos, la promoción de la interacción social, el fortalecimiento de la disciplina, la mejora de la calidad del sueño, la reducción de comportamientos negativos y el desarrollo de habilidades motoras. El pádel se postula como una propuesta deportiva inclusiva y altamente beneficiosa.
«El ejercicio va más allá de los beneficios relacionados con la salud y el aumento de los niveles de aptitud para las personas con autismo», señaló David Geslak, pionero en el uso del ejercicio para ayudar a los niños con trastorno del espectro autista. «La investigación muestra que el ejercicio puede aumentar la concentración, mejorar el rendimiento académico, reducir los comportamientos estereotipados y generar confianza».
Un estudio reciente publicado en la revista Medicine & Science in Sports & Exercise encontró que 10 minutos de ejercicio de baja intensidad redujeron la repetición verbal de frases o palabras y el aleteo de manos, dos comportamientos comunes asociados con el autismo.
Otro estudio reciente de la Universidad Estatal de Oregon reveló que los programas de ejercicios específicos deben realizarse entre las edades de 9 y 13 años, para ayudar a los niños a mantener la actividad física. Ahí es cuando los niños muestran la mayor disminución en el tiempo activo, indica el Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva (ACSM).
Geslak sugiere tres estrategias basadas en evidencia para ayudar a los niños con autismo a ser más activos:
- Utiliza imágenes: las imágenes y otros referentes visuales pueden ayudar a las personas con autismo a establecer la conexión con el ejercicio y establecer una estructura y una rutina.
- Establece rutinas: un programa de ejercicios debe integrarse en la rutina diaria o semanal de un niño. Incluso una sesión de ejercicio por semana puede ser beneficiosa.
- Elige la persistencia sobre la perfección: simplemente haz que tus hijos se muevan, enfatiza Geslak, incluso si el ejercicio no es lo que ve en la televisión.
Si tu hijo o ser querido en el espectro muestra interés en los deportes, es natural preguntarse: ¿cuál es el mejor deporte para el autismo? En PADEL NEWS, estamos aquí para brindarte orientación. Presentamos una guía con los beneficios para niños con autismo al practicar pádel.
-Incremento de la confianza en sí mismos
La práctica del pádel estimula el desarrollo de una mayor confianza en los niños con autismo. Este deporte, al proporcionar un entorno controlado y seguro, les permite afrontar desafíos de manera positiva, superar obstáculos y disfrutar de la satisfacción de lograr metas individuales y colectivas. Este proceso de crecimiento personal refuerza su autoestima y les ayuda a sentirse más seguros en otros aspectos de su vida cotidiana.
-Promoción de la interacción social
Uno de los aspectos más desafiantes para los niños con TEA es la interacción social. El pádel, al ser un deporte de pareja, fomenta la comunicación directa y la cooperación en la cancha, ofreciendo una plataforma ideal para practicar habilidades sociales en un contexto lúdico y estimulante. Esta interacción constante ayuda a los niños a forjar nuevas amistades, a aprender a trabajar en equipo y a desarrollar habilidades de comunicación que son fundamentales para su integración social.
-Fortalecimiento de la disciplina
La regularidad y estructura que requiere la práctica del pádel enseñan a los niños con autismo la importancia de la disciplina y la perseverancia. Estos valores no solo se traducen en un mejor rendimiento deportivo, sino que también tienen un impacto positivo en otros aspectos de sus vidas, como el rendimiento escolar. La gestión del tiempo, la responsabilidad y la constancia son habilidades que, una vez aprendidas en la cancha, se aplican de manera natural en el contexto académico.
-Reducción de comportamientos negativos y mejora de la calidad de sueño
La actividad física regular, especialmente en deportes como el pádel, ha demostrado ser eficaz en la reducción de comportamientos negativos asociados al autismo. La práctica de este deporte contribuye a canalizar la energía de manera constructiva, reduciendo la ansiedad y mejorando la concentración. Además, el desgaste físico promueve un descanso nocturno más profundo y reparador, esencial para un desarrollo saludable.
-Desarrollo de habilidades motoras
El pádel se presenta como una oportunidad excepcional para mejorar la motricidad en niños con TEA. La coordinación mano-ojo, el balance, el sentido de la orientación y la propiocepción son aspectos que se ven significativamente favorecidos por este deporte. Estos avances no solo se ven reflejados en su rendimiento deportivo, sino que también contribuyen a su autonomía y calidad de vida en general.
¿Cuáles Son los Retos del Autismo y los Deportes?
Aunque cada individuo en el espectro enfrenta desafíos únicos, algunos de los principales obstáculos asociados con el autismo y los deportes incluyen:
-La Comunicación: Deportes como el fútbol y el baloncesto requieren interacciones entre jugadores y entrenadores antes, durante y después de cada juego. Algunos niños con autismo pueden tener dificultades para participar en estas conversaciones críticas, adaptarse a la dinámica del equipo y comprender las indicaciones de sus compañeros.
-La Coordinación: Algunos deportes como el hockey, el béisbol y el voleibol requieren una coordinación precisa entre manos y ojos, lo que puede resultar desafiante para aquellos con TEA que tienen problemas con las habilidades motoras gruesas.
-Sensibilidades Sensoriales: Muchas personas en el espectro experimentan sensibilidades a luces brillantes, sonidos fuertes o cambios de temperatura. Las preocupaciones sensoriales en entornos deportivos, típicos del hockey y el fútbol, pueden provocar crisis y contribuir a comportamientos desafiantes.
-Estructura Física: El tono muscular bajo puede ser común en niños y adolescentes con autismo, lo que puede dificultar la participación en deportes de contacto como el fútbol o el rugby.
–El Estrés y la Ansiedad: Los entornos deportivos intensos, que incluyen pruebas, viajes a partidos, competiciones o torneos, pueden aumentar la ansiedad en personas con autismo y afectar su rendimiento, obstaculizando el progreso y la destreza.
A pesar de los numerosos beneficios, es crucial tener en cuenta que cada niño con autismo es único y enfrenta desafíos específicos que pueden influir en su desempeño deportivo. Sin embargo, con la adaptación adecuada y un enfoque centrado en el individuo, estos obstáculos pueden superarse, permitiendo que niños con TEA disfruten plenamente de los beneficios del pádel.